martes, 23 de agosto de 2011

La paz de los muertos

(Narcofosa 1)

A dos pasos de la casa
cientos se pudrían escondidos
juntos
muertos
muertos
todos
vamos

y miramos la televisión
y ahí están,
ni modo que no

¿Cómo se metieron ahí si ya los habíamos borrado?
¿Pero deveras aparecieron?
No, siguen desaparecidos

máquinas
los sacaron con máquinas
en pedazos, en partes
en partes de partes y
las cabezas de los forenses juegan al rompecabezas,
con su sangüich y su coca

¿Alguno sería mi amigo?
Sé que amigos míos desaparecieron

que otros mataron

con cinta canela
con balazos
con golpes
con cuchillos
con bolsas de güalmart
con palos y con alambres
destrozados
destruidos, destruidos hasta los huesos
¿por qué? ¿por qué no basta con mirarlos?
¿Por qué para ellos una muerte más allá de la muerte?
¿qué quieren destruirles?

Cada uno estalla
es un símbolo de partes infinitas iguales
como un espejo roto
como un gusano partido

sus pedazos
somos
reflejos de todo
caleidoscopios
del que se asoma a esos agujeros
y la tierra nos los devuelve, mírenlos
mírenlos!
sus huesos llenos de lodo, sus ropas
"¡todos son culpables!
¡ustedes y ellos!"
nos dice la tierra
Y el sol que los descompone
La pestilencia

La horrible pestilencia
todos como lápices podridos
en cajas enormes se nos meten por las narices
y los poros
y yo los conocí

Habían desaparecido
se los llevó el toro bravo
La cabeza por delante

Esta es la paz de estos muertos
casi 300
¡En el centro de la ciudad!
¿Y los vecinos? ¿Y el jefe de manzana?
¿Cómo nadie les dio la bienvenida ni les dijo
"hola", cuando se mudaron?

¿Cómo nadie se quejó de las obras de los condominios que hacían aquí?
Sus edificios
crecían para abajo
raíces de un árbol negro cuya sombra nos tapa
y saboreamos sus frutos
moras
como cuando te dan con un tubo, alrededor amarillo y luego verde, ¿sí sabes cómo?
y los niños corren alrededor del árbol
y trepan sus ramas y juegan y no sé qué tanto
y otros se besan y abrazan en las tardes y lo que respiramos

¿Pero quién los hizo? ¿Quién hizo a estos muertos?
¿Dónde están, hacedores de muertos?
¿Quién los hizo a ustedes?
¿Qué son?

Alfonso Peña Raigoza

miércoles, 17 de agosto de 2011

!Por la paz!

La revolución del amor comienza con una sonrisa. Sonríe cinco veces al día a quien en realidad no quisieras sonreír. Debes hacerlo por la paz.


Si no tenemos paz en el mundo, es porque hemos olvidado que nos pertenecemos el uno al otro, que ese hombre, esa mujer, esa criatura, es mi hermano o mi hermana.

Madre Teresa de Calcuta

domingo, 14 de agosto de 2011

¡Nunca más la guerra!

¡Nunca más la guerra, nunca más la guerra! Es la paz, la paz que debe guiar el destino de los pueblos y de toda la humanidad...

Papa Pablo VI
De su discurso en la ONU
el 4 de octubre de 1965

viernes, 12 de agosto de 2011

Alto al contrabando de armas! de E. U. a México

La campaña ALTO AL CONTRABANDO DE ARMAS busca salvar vidas y rescatar la democracia mexicana.

¡Únete! Tu firma puede hacer la diferencia.

Firma en


...

"A mi juicio, el mejor gobierno es el que deja a la gente en paz."

Walt Whitman

jueves, 11 de agosto de 2011

Ahora todo está claro

poema de Mario Benedetti


Cuando el presidente carter
se preocupa tanto
de los derechos humanos
parece evidente que en ese caso
derecho no significa facultad
o atributo
o libre albedrío
sino diestro
o antizurdo
o flanco opuesto al corazón
lado derecho en fin
en consecuencia
¿no sería hora
de que iniciáramos
una amplia campaña internacional
por los izquierdos humanos?

miércoles, 10 de agosto de 2011

Pazos hacia la paz con justicia y dignidad


Alto a la ley de la guerra

Movilicémonos este 14 de Agosto
Lugar de reunión: Museo Nacional de Antropología,
para organizar contingentes
Hora: 11:00 am



(Click en la imagen para verla más grande)

martes, 9 de agosto de 2011

Federico García Lorca - Grito hacia Roma



Desde la torre del Crysler Building
Manzanas levemente heridas 

por los finos espadines de plata,
nubes rasgadas por una mano de coral
que lleva en el dorso una almendra de fuego,
peces de arsénico como tiburones,
tiburones como gotas de llanto para cegar una multitud,
rosas que hieren
y agujas instaladas en los caños de la sangre,
mundos enemigos y amores cubiertos de gusanos
caerán sobre ti. Caerán sobre la gran cúpula
que untan de aceite las lenguas militares
donde un hombre se orina en una deslumbrante paloma
y escupe carbón machacado
rodeado de miles de campanillas.

Porque ya no hay quien reparta el pan ni el vino,
ni quien cultive hierbas en la boca del muerto,
ni quien abra los linos del reposo,
ni quien llore por las heridas de los elefantes.
No hay más que un millón de herreros
forjando cadenas para los niños que han de venir.
No hay más que un millón de carpinteros
que hacen ataúdes sin cruz.
No hay más que un gentío de lamentos
que se abren las ropas en espera de la bala.
El hombre que desprecia la paloma debía hablar,
debía gritar desnudo entre las columnas,
y ponerse una inyección para adquirir la lepra
y llorar un llanto tan terrible
que disolviera sus anillos y sus teléfonos de diamante.
Pero el hombre vestido de blanco
ignora el misterio de la espiga,
ignora el gemido de la parturienta,
ignora que Cristo puede dar agua todavía,
ignora que la moneda quema el beso de prodigio
y da la sangre del cordero al pico idiota del faisán.

Los maestros enseñan a los niños
una luz maravillosa que viene del monte;
pero lo que llega es una reunión de cloacas
donde gritan las oscuras ninfas del cólera.
Los maestros señalan con devoción las enormes cúpulas sahumadas;
pero debajo de las estatuas no hay amor,
no hay amor bajo los ojos de cristal definitivo.
El amor está en las carnes desgarradas por la sed,
en la choza diminuta que lucha con la inundación;
el amor está en los fosos donde luchan las sierpes del hambre,
en el triste mar que mece los cadáveres de las gaviotas
y en el oscurísimo beso punzante debajo de las almohadas.

Pero el viejo de las manos traslucidas
dirá: amor, amor, amor,
aclamado por millones de moribundos;
dirá: amor, amor, amor,
entre el tisú estremecido de ternura;
dirá: paz, paz, paz,
entre el tirite de cuchillos y melones de dinamita;
dirá: amor, amor, amor,
hasta que se le pongan de plata los labios.

Mientras tanto, mientras tanto, ¡ay!, mientras tanto,
los negros que sacan las escupideras,
los muchachos que tiemblan bajo el terror pálido de los directores,
las mujeres ahogadas en aceites minerales,
la muchedumbre de martillo, de violín o de nube,
ha de gritar aunque le estrellen los sesos en el muro,
ha de gritar frente a las cúpulas,
ha de gritar loca de fuego,
ha de gritar loca de nieve,
ha de gritar con la cabeza llena de excremento,
ha de gritar como todas las noches juntas,
ha de gritar con voz tan desgarrada
hasta que las ciudades tiemblen como niñas
y rompan las prisiones del aceite y la música,
porque queremos el pan nuestro de cada día,
flor de aliso y perenne ternura desgranada,
porque queremos que se cumpla la voluntad de la Tierra
que da sus frutos para todos.

jueves, 4 de agosto de 2011

Recuerdo de infancia

Hoy el periódico traía sangre igual que de costumbre
venía chorreando como la tráquea de un ternero sacrificado
he visto chotos cabras vacas durante su degüello
bajo el agujero del cuello una orza se va llenando de sangre
los animales se contraen en sacudidas cada vez más nimias
de pronto ya no respiran por la nariz ni por la boca
sino por la abertura que la navaja hizo en la tráquea
en la cual aparecen burbujas a cada nueva respiración
a menudo parece que están completamente muertos
y no obstante aún se agitan una o dos veces suavemente
ahora sus ojos ya no miran tienen como una niebla
un teloncillo de color indeterminado que recuerda al ceniza
entonces el carnicero se incorpora con las manos manchadas
y procede a desollar y trocear al animal cadáver
para después pesarlo venderlo en porciones hacer su negocio

hoy el periódico traía sangre lo mismo que otros días
acaso unos cuantos estertores más que de hábito
pero cómo saberlo hay países que no especifican
por ejemplo el departamento de estado no da las cifras de sus bajas
únicamente les agrega apellidos
bajas insignificantes bajas ligeras bajas moderadas

hoy el periódico traía sangre en volumen considerable
y mientras leo pacientemente civilizadamente el intento
de justificación de esos destrozos escrito de sutil manera
recuerdo vacas cabras chotos la gran orza en el suelo
y recuerdo imagino pienso que unos cuantos carniceros
continúan desollando troceando pesando en sus básculas
haciendo su negocio mediante esos pobres animales sacrificados.

Félix Grande (poeta español / del libro
Blanco Spirituals, 1966

martes, 2 de agosto de 2011

"Ojo por ojo. Diente por diente." Y la humanidad terminará hecha trizas.

Mahatma Gandhi