sábado, 30 de julio de 2011
Guerra
martes, 26 de julio de 2011
sábado, 23 de julio de 2011
Canto de guerra de las cosas (fragmento)
viernes, 22 de julio de 2011
Experiencia de la no-violencia
no-violencia = amor
martes, 19 de julio de 2011
Discurso pacifista de Amos Oz, al recibir premio de Letras
La mujer de la ventana
Si adquieres un billete y viajas a otro país, es posible que veas las montañas, los palacios y las plazas, los museos, los paisajes y los enclaves históricos. Si te sonríe la fortuna, quizá tengas la oportunidad de conversar con algunos habitantes del lugar. Luego volverás a casa cargado con un montón de fotografías y de postales.
Pero, si lees una novela, adquieres una entrada a los pasadizos más secretos de otro país y de otro pueblo. La lectura de una novela es una invitación a visitar las casas de otras personas y a conocer sus estancias más íntimas.
Si no eres más que un turista, quizá tengas ocasión de detenerte en una calle, observar una vieja casa del barrio antiguo de la ciudad y ver a una mujer asomada a la ventana. Luego te darás la vuelta y seguirás tu camino.
Pero como lector no sólo observas a la mujer que mira por la ventana, sino que estás con ella, dentro de su habitación, e incluso dentro de su cabeza.
Cuando lees una novela de otro país, se te invita a pasar al salón de otras personas, al cuarto de los niños, al despacho, e incluso al dormitorio. Se te invita a entrar en sus penas secretas, en sus alegrías familiares, en sus sueños.
Y por eso creo en la literatura como puente entre los pueblos. Creo que la curiosidad tiene, de hecho, una dimensión moral. Creo que la capacidad de imaginar al prójimo es un modo de inmunizarse contra el fanatismo. La capacidad de imaginar al prójimo no sólo te convierte en un hombre de negocios más exitoso y en un mejor amante, sino también en una persona más humana.
Parte de la tragedia árabe-judía es la incapacidad de muchos de nosotros, judíos y árabes, de imaginarnos unos a otros. De imaginar realmente los amores, los miedos terribles, la ira, los instintos. Demasiada hostilidad impera entre nosotros y demasiada poca curiosidad.
Los judíos y los árabes tienen algo en común: ambos han sufrido en el pasado bajo la pesada y violenta mano de Europa. Los árabes han sido víctimas del imperialismo, del colonialismo, de la explotación y la humillación. Los judíos han sido víctimas de persecuciones, discriminación, expulsión y, al final, el asesinato de un tercio del pueblo judío.
Cabría suponer que dos víctimas, y sobre todo dos víctimas de un mismo perseguidor, desarrollarían cierta solidaridad entre ellas. Desgraciadamente las cosas no son así, ni en las novelas ni en la vida real. Por el contrario, algunos de los conflictos más terribles son aquellos que se producen entre dos víctimas de un mismo perseguidor. Los dos hijos de un progenitor violento no tienen por qué amarse necesariamente. Con frecuencia ven reflejada el uno en el otro la imagen del cruel progenitor.
Exactamente así es la situación entre judíos y árabes en Oriente Medio: mientras los árabes ven en los israelíes a los nuevos cruzados, la nueva reencarnación de la Europa colonialista, muchos israelíes ven en los árabes la nueva personificación de nuestros perseguidores del pasado: los responsables de los pogroms y los nazis.
Esta realidad impone a Europa una especial responsabilidad en la solución del conflicto árabe-israelí: en lugar de alzar un dedo acusador hacia una u otra de las partes, los europeos deberían mostrar afecto y comprensión y prestar ayuda a ambas partes. Ustedes no tienen por qué seguir eligiendo entre ser pro-israelíes o pro-palestinos. Deben estar a favor de la paz.
La mujer de la ventana puede ser una mujer palestina de Nablus y puede ser una mujer israelí de Tel Aviv. Si desean ayudar a que haya paz entre las dos mujeres de las dos ventanas, les conviene leer más acerca de ellas. Lean novelas, queridos amigos, aprenderán mucho.
Las cosas irían mejor si también cada una de esas dos mujeres leyese acerca de la otra, para saber, al menos, qué hace que la mujer de la otra ventana tenga miedo o esté furiosa, y qué le infunde esperanza.
No he venido esta tarde a decirles que leer libros vaya a cambiar el mundo. Lo que he sugerido es que creo que leer libros es uno de los mejores modos de comprender que, en definitiva, todas las mujeres de todas las ventanas necesitan urgentemente la paz.
Quiero agradecer a los miembros del jurado del premio Príncipe de Asturias que me hayan otorgado este maravilloso Premio. Muchas gracias y mis mejores deseos a todos ustedes. Shalom u-brajá.
Traducción del hebreo de Raquel García Lozano
Fuente: El País
domingo, 17 de julio de 2011
Redoble fúnebre a los escombros de Durango
viernes, 15 de julio de 2011
jueves, 14 de julio de 2011
Paz
miércoles, 13 de julio de 2011
Breve reflexión sobre el papel del ejército en América latina
La temprana historia del subcontinente, a partir de las guerras de independencia, fue marcada por la acción de caudillos y líderes militares, cuya actitud en torno a la política y la nación se resolvía en entender a ésta como un campo de batalla eterno. Causa no menor de la penuria de los países en ese periodo fue la inestabilidad que los caudillos provocaban: al arribo al poder de uno le seguía el alzamiento de otro. La gravitación de los ejércitos significó en América latina un obstáculo para la organización y el avance. Mientras que los países hegemónicos se han distinguido por proyectar el esfuerzo bélico hacia afuera, América latina lo ha dirigido hacia dentro, hacia la acción contra sus propios ciudadanos.
Al siglo XX le acompañó la profesionalización de los ejércitos, que ahora actuaban como una institución corporativa con clara consciencia de su peso en la sociedad. En la segunda mitad del siglo los golpes de Estado fueron la carta más recurrente en las jugadas políticas; pocos países se vieron libres de la égida marcial. En casi toda América latina los generales y los coroneles se vieron ungidos presidentes, juntas militares impuestas, congresos disueltos, estados de excepción declarados, y una dura represión siguió: terror y tortura, desaparecidos y exiliados. Una completa falta de respeto por los derechos humanos.
México, desde su originalidad regional, observaba con algo de arrogancia cómo los países del sur eran consumidos en regímenes marciales. Parecía que en nuestro país el ejército había sido subsumido, el estado de derecho mantenido. Sin embargo, hay algo de la situación mexicana actual que parece recordar a la antesala del gran avance marcial en América del sur: los golpes de Estado se dieron en momentos en que el ejército gravitaba de manera importante, momentos en que dicha institución era concientizada del poder único que le era dotado por las armas. El ejército mexicano, al ser el último enclave entre el gobierno y el narcotráfico (aunque los bandos no estén del todo separados), comenzará, si no es que ya comenzó, a darse cuenta de sí como un actor separado del gobierno y con alentadoras posibilidades de insubordinarse. Otra cualidad casi general en los países del sur al momento de los golpes de Estado era una inminente victoria electoral de un partido adverso al ejército, o incluso esta adversidad podía ser inventada de manera discursiva a fin de legitimar el acceso al poder. Los golpistas trataban de presentarse a sí mismos como los defensores de la nación ante el advenimiento de los enemigos y criminales que, por medio de la manera democrática, se aprestaban a llegar al poder.
Predecir la historia, si ya suena ingenuo, no lo es menos a pesar de que se identifiquen coyunturas y movimientos que apuntan a asemejarse a la naturaleza de un tiempo pasado. Sin embargo, cabe recordar que el ejército, cuando se proyecta hacia dentro de la nación, se convierte en un actor peligrosísimo. Ya la situación marcial en México es grave, esta reflexión pretende señalar que si no se actúa con cautela podría tornarse aún más seria. La creencia en que los golpes de Estado y las dictaduras militares son algo superado, anacrónico, y que no volverá (aunque de hecho tengamos ejemplos muy recientes), termina por ser no sólo más ingenua que la predicción histórica, sino mucho más peligrosa. Los horrores del pasado tienen las mismas oportunidades de reproducirse en cualquier época, quizá más en aquellos lugares que no los han conocido aún.
Juan Francisco
Guerra
martes, 12 de julio de 2011
Dignidad implícita en dos preguntas / Contra la guerra
A favor de la no-violencia
lunes, 11 de julio de 2011
John Lennon y la Reforma Constitucional
Imagine there's no heaven
It's easy if you try
No hell below us
Above us only sky
Imagine all the people
Living for today...
Imagine there's no countries
It isn't hard to do
Nothing to kill or die for
And no religion too
Imagine all the people
Living life in peace...
You may say I'm a dreamer
But I'm not the only one
I hope someday you'll join us
And the world will be as one
Imagine se convirtió en un himno, para la generación de los años setentas, se considera una de las mejores composiciones y es la canción más conocida de John Lennon. En la cultura popular Imagine se ha utilizado en diversas películas, obras de teatro, es el himno oficial de Amnistía internacional, existe un mosaico con la palabra Imagine en homenaje a Lennon en una zona del Central Park en Nueva York.
Algunos piensan que es un canto un tanto utópico y que Lennon no era coherente con lo que cantaba y su fortuna - Imagine no possessions -, sin embargo este canto es esperanzador, porque de alguna manera es un canto a la paz y la hermandad, soñando que the world will be as one, el mundo vivirá como uno solo, y esto aunque es utópico, podemos esforzarnos y apostar en un mundo menos desigual y mejor.Los derechos humanos se consideran el común denominador para lograr una convivencia pacífica y civilizada, no son una utopía. El 10 de junio del presente año, se publicó en el DOF, la reforma constitucional en materia de derechos humanos, que junto con las reformas a la ley de amparo, implican un cambio en el orden jurídico de nuestro país.
Esto significa que nuestra Constitución, a partir de la reforma albergará un compromiso por escrito, con los derechos humanos, pues el capítulo I, busca que la sociedad pueda acceder de manera más sencilla a la justicia. Esto no significa que no existieran los derechos humanos en nuestro país, de hecho se protegían los mismos sin que estuviera plasmado este término en la Constitución, toda vez que desde la Reforma de 1917, los derechos naturales se transformaron en garantías.
El capítulo I, se llama “De los derechos Humanos y sus Garantías”, el cual se amplía al incluir los Tratados Internacionales, en materia de derechos humanos y darles el reconocimiento constitucional.
Con estos cambios en la Constitución, la interpretación y argumentación utilizada por los jueces, será bajo el principio pro persona en general y, de manera específica, se aplicarán los principios de universalidad (para todos por el hecho de ser personas), interdependencia, indivisibilidad (la violación de un derecho afecta a los otros derechos) y progresividad (no se puede retractarse de los derechos ya estipulados) de los derechos humanos.
La reforma también sostiene que “el estado deberá prevenir, investigar, sancionar y reparar las violaciones a los derechos humanos”[1]. A pesar de estar garantizados los derechos humanos, se requiere de una ley reglamentaria, como un mecanismo jurídico para reparar las violaciones a los propios derechos humanos.
Cabe destacar la orientación humanista que tiene nuestra Constitución con esta reforma, ya que se sustituye el término individuo, por la palabra persona, voz que da cuenta de una visión más integral del hombre. Otro punto importante en la reforma del artículo 1° consiste en que se realiza una precisión expresa en torno a las preferencias sexuales.
El artículo 3° señala que la educación que imparta el Estado además de fomentar el amor a la patria y la conciencia de la solidaridad internacional en la independencia y la justicia, enseñará el respeto a los derechos humanos; esto implica que los niños y jóvenes a través de la educación privada y pública conozcan sus derechos y sus obligaciones. Esto, si se hace de manera eficaz, tendrá como resultado una sociedad justa, igualitaria y desde luego más civilizada.
A pesar de que en los libros oficiales, se consideraba la enseñanza de los derechos humanos, el fomentar el respeto al otro a través de conductas éticas, es importantísimo y más allá de los programas existentes en las escuelas, los valores y la ética, vienen desde casa, solo así podremos erradicar problemas como el bullying,(acoso escolar) la contaminación o la corrupción entre muchos otros problemas que nos aquejan.
El artículo 33, se modificó, omitiendo las facultades discrecionales que el ejecutivo tenía a través de la Secretaría de Gobernación al poder expulsar del país a cualquier extranjero, sin ninguna defensa. Imagine there's no countries, (Imagina que no hay países). Hoy en día los extranjeros no podrán ser expulsados del país, sino con previa audiencia y mediante un procedimiento administrativo.
Las Comisiones de los derechos humanos se ven fortalecidas en cuanto a su autonomía, reconociéndose este como un elemento necesario para el ejercicio de sus funciones. En el mismo sentido, un punto importante es el de las recomendaciones, que aunque no tienen carácter vinculante, en términos del nuevo artículo 102, obligan a todo servidor público a responderlas, en caso de que no las acepte o las incumpla, exigiendo desde luego que dicha respuesta se encuentre fundada y motivada. También la reforma contempla, que la negativa de seguir una recomendación ha de hacerse pública, subsistiendo incluso la posibilidad de ser llamado a comparecer ante la Cámara de Senadores, la Comisión permanente o las legislaturas de los Estados, para explicar el porqué de la negativa.
Otra novedad, es que la facultad investigadora que tenía la SCJN, pase a la CNDH, cuando así proceda, quien queda por tanto facultada para presentar las denuncias a la autoridad competente.
Además de los principios anteriormente señalados, debemos señalar que deberá prevalecer con estas reformas el principio de “interpretación conforme”, mediante el cual las y los jueces se obligan, no sólo a tomar en cuenta los instrumentos internacionales al momento de interpretar las normas de derechos humanos, sino, incluso, a considerar los criterios jurisprudenciales que los diversos mecanismos universales y regionales de protección de derechos humanos han establecido en torno a dichas normas de derechos humanos. Con ello, la Constitución integra aquellos elementos que conforman el corpus del Derecho Internacional de los Derechos Humanos, como puede ser la jurisprudencia que los diversos mecanismos internacionales y regionales de protección de los derechos humanos han elaborado en torno a los tratados internacionales en la materia[1].
En cada decisión judicial, existe una oportunidad de apostar por una cultura de derechos humanos, en la que prevalezca la tolerancia y la justicia en beneficio de la construcción de una sociedad equitativa, y por supuesto, en pro de las personas y del Estado, fortaleciendo así las instituciones a través de nuestras acciones personales. Esto se hace extensivo no únicamente a los jueces, sino a todas las personas que trabajamos en el ámbito de la justicia, porque si bien las reformas constitucionales son un instrumento para la protección de los derechos humanos, la verdadera reforma debe estar en cada uno de nosotros y en nuestras acciones, realizando de forma profesional el trabajo que nos es encomendado, siguiendo parámetros éticos, apostando a la excelencia y a una cultura de respeto a los derechos humanos, la justicia y la paz, al final de cuentas Imagine que podemos vivir y apostar por un mundo mejor.
Leonor Figueroa Jácome
Investigadora del Instituto de Investigaciones Jurisprudenciales y de promoción y Difusión de la Ética Judicial
[1] Propuesta de reforma constitucional en materia de derechos humanos, elaborada por las organizaciones de la Sociedad Civil y por académicas y académicos especialistas en derechos humanos, México, 2008, consultado en: http://www.hchr.org.mx/files/doctos/libros/propuestareformaconst.pdf
[1] Artículo 1° Constitucional, DOF 6 de junio de 2011.