jueves, 14 de junio de 2012

"Depende de nosotros decidir, para bien, si nos rendimos al odio, al terror y al amor ciego por el poder, y así hundimos nuestro mundo en el abismo; o si, refrenando nuestra barbarie, podemos trabajar juntos de forma humana y paciente para los intereses que trascienden los límites de cualquier comunidad nacional o ideológica." Thomas Merton

lunes, 11 de junio de 2012

Fotogalería de la violencia en Ciudad Juárez (por Cristian Torres)


Christian Torres es Fotoperiodista de Ciudad Juárez. Nació el 19 de Octubre de 1990, en esta frontera.
Inició como fotógrafo en El Diario de Juárez, empresa en la que aún trabaja desde hace dos años, cubriendo noticias principalmente de la fuente policíaca, involucradas con la situación de violencia que cimbra la ciudad, además de otras notas de Información General.
Nacido en una familia de fotógrafos, Christian Torres se encontraba estudiando el segundo semestre de la carrera de medicina en la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, cuando fue invitado por su padre, un reconocido fotoperiodista local, Luís Torres; a participar como becario en el área de información general de fotografía.
A sólo unos meses de haber iniciado sus prácticas en dicho medio, se hizo acreedor al premio estatal José Vasconcelos 2010, con su toma titulada “¿Quien nos protege?”,
Esta imagen que captó Christian a través de su lente, le llevó más de 2 horas de espera y fue capturada durante un enfrentamiento entre Policías Federales en agosto del 2010.
Con ella le ganó a fotoperiodistas reconocidos y premiados internacionalmente, con décadas de experiencia.
Así mismo fue elegido en Expo Fotoperiodismo 2011 del Distrito Federal y obtuvo una mención honorífica en el concurso local IMIP 2011.
Como periodista, ha sido víctima y espectador directo del maltrato del que son objeto los comunicadores, tanto por policías, como por integrantes del crimen organizado. Pero nada ha amainado la pasión de Christian por seguir tomando fotos.
Ni la golpiza que lo incapacitó por espacio de un mes, misma que recibió por policías inconformes con su cobertura de una manifestación a las afueras de una estacion policiaca local.




En Monterrey... bordamos por la paz


Un cálido día de Mayo, llama la atención un grupo de mujeres bordando, sentadas, platicando entre ellas, los curiosos se acercan: tres jóvenes de Barcelona, Aram, Gabriel y Guillermo.
-¿Que hacen?-, preguntan a las damas.
-Bordamos por la paz-, contestan en coro.
-¿Entonces es cierto que están en guerra?… -
-No sólo en guerra, nos han arrebatado a nuestros hijos…-

Ellas son madres, hermanas y parientes de personas desaparecidas, organizadas en el Colectivo LUPA (Lucha por Amor, Verdad y Justicia, Nuevo León), se reúnen cada jueves, a las 10 de la mañana, en el kiosco Lucila Sabella, en la Macroplaza de Monterrey.

-Bordamos los nombres de ellos y de ellas: los desaparecidos con hilaza verde, los asesinados con hilo rojo…-
Irma Leticia Hidalgo, borda con hilaza verde: “Roy Rivera Hidalgo, estudiante de Ciencias del Lenguaje, Filosofía U.A.N.L, desapareció el 11 de enero de 2011”.
-Una banda de delincuentes, con chalecos de policía de Escobedo, llegaron a mi casa, después de robar, secuestraron a mi hijo Roy- , cuenta Irma, las lágrimas recorren sus mejillas al recordar:
-Se contactaron con nosotros, nos citaron en una Iglesia, pagamos el rescate, después de dos llamadas, perdimos el contacto-, concluye.
-No hay avance en la investigación, como en la mayoría de los casos, no se puede confiar en la autoridad- coinciden todas.
-También los hombres bordan- comentan ellas, invitando a los tres jóvenes, que escuchan con atención:
-El olvido es muerte...-
-Este bordado va en rojo, es en memoria de Don Alejo Garza Tamez, quién perdió la vida en esta guerra, enfrentando con dignidad a los sicarios que pretendían despojarlo de su propiedad...-
Aram, Gabriel y Guillermo toman los bordados, “hilando” las historias escuchadas, cada puntada representa la memoria, la huella tangible. Bordando por la paz, convierte la desconfianza en esperanza. Temor y dolor se transforman en amor.

Autor: Martín Javier Oviedo Hernández

sábado, 2 de junio de 2012

La violencia es la tentación del Hombre impaciente.  La tentación de tomarse la justicia por su mano, de erigirse juez y verdugo por cuenta propia.  la solución que parece inmediata, pero que no es solución. el arma en la mano intenta reemplazar a la fe en el corazón, o más bien que demuestra que no hay fe y recurre a la violencia para ocultar el vacío de dentro.  El atajo cobarde, la bomba, la guerra... la violencia engendra violencia y el sufrimiento aumenta; la violencia, al dejar a un lado a la razón y erigirse en juez por cuenta propia, provoca falta de confianza aun entre la propia gente, porque, si hoy la usas contra otro, ¿cómo sé yo que mañana no la usarás contra mí?  por eso, un líder tiene que aprender a resolver disputas.
Carlos G. Vallés,s.j.