lunes, 11 de junio de 2012

En Monterrey... bordamos por la paz


Un cálido día de Mayo, llama la atención un grupo de mujeres bordando, sentadas, platicando entre ellas, los curiosos se acercan: tres jóvenes de Barcelona, Aram, Gabriel y Guillermo.
-¿Que hacen?-, preguntan a las damas.
-Bordamos por la paz-, contestan en coro.
-¿Entonces es cierto que están en guerra?… -
-No sólo en guerra, nos han arrebatado a nuestros hijos…-

Ellas son madres, hermanas y parientes de personas desaparecidas, organizadas en el Colectivo LUPA (Lucha por Amor, Verdad y Justicia, Nuevo León), se reúnen cada jueves, a las 10 de la mañana, en el kiosco Lucila Sabella, en la Macroplaza de Monterrey.

-Bordamos los nombres de ellos y de ellas: los desaparecidos con hilaza verde, los asesinados con hilo rojo…-
Irma Leticia Hidalgo, borda con hilaza verde: “Roy Rivera Hidalgo, estudiante de Ciencias del Lenguaje, Filosofía U.A.N.L, desapareció el 11 de enero de 2011”.
-Una banda de delincuentes, con chalecos de policía de Escobedo, llegaron a mi casa, después de robar, secuestraron a mi hijo Roy- , cuenta Irma, las lágrimas recorren sus mejillas al recordar:
-Se contactaron con nosotros, nos citaron en una Iglesia, pagamos el rescate, después de dos llamadas, perdimos el contacto-, concluye.
-No hay avance en la investigación, como en la mayoría de los casos, no se puede confiar en la autoridad- coinciden todas.
-También los hombres bordan- comentan ellas, invitando a los tres jóvenes, que escuchan con atención:
-El olvido es muerte...-
-Este bordado va en rojo, es en memoria de Don Alejo Garza Tamez, quién perdió la vida en esta guerra, enfrentando con dignidad a los sicarios que pretendían despojarlo de su propiedad...-
Aram, Gabriel y Guillermo toman los bordados, “hilando” las historias escuchadas, cada puntada representa la memoria, la huella tangible. Bordando por la paz, convierte la desconfianza en esperanza. Temor y dolor se transforman en amor.

Autor: Martín Javier Oviedo Hernández

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