sábado, 2 de junio de 2012

La violencia es la tentación del Hombre impaciente.  La tentación de tomarse la justicia por su mano, de erigirse juez y verdugo por cuenta propia.  la solución que parece inmediata, pero que no es solución. el arma en la mano intenta reemplazar a la fe en el corazón, o más bien que demuestra que no hay fe y recurre a la violencia para ocultar el vacío de dentro.  El atajo cobarde, la bomba, la guerra... la violencia engendra violencia y el sufrimiento aumenta; la violencia, al dejar a un lado a la razón y erigirse en juez por cuenta propia, provoca falta de confianza aun entre la propia gente, porque, si hoy la usas contra otro, ¿cómo sé yo que mañana no la usarás contra mí?  por eso, un líder tiene que aprender a resolver disputas.
Carlos G. Vallés,s.j.

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