jueves, 8 de septiembre de 2011

Casino otro, incendiado en un cuento

La jaula


Y así, los pensamientos zumban y hablan de sus pendientes, de la ruta a la nueva escuela, de comprar pan y leche, de ir a la farmacia. [Los canarios cantan la melodía de las máquinas tragamonedas.] Los pensamientos se multiplican por todo el salón… –Coloquen sus fichas. Alguien escucha el tintinear de las monedas. –¡Quítense! –¡Atrás! Los pensamientos y la confusión se funden con el edificio de muros de carne que se sobresalta con el estallido de las granadas. Los pensamientos se rompen con el chillar del combustible que arde. La razón sucumbe ante los alaridos que el fuego seca, pájaros de humo buscan su refugio en los pulmones, las manos de ceniza no logran abrir las puertas de emergencia. [Al final canarios negros en el suelo.]

Gabriela d'Arbel

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